El objetivo de nuestro estudio fue evaluar el impacto de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) sobre el consumo de recursos y de los costes sanitarios de los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica (IC).
Para ello incluimos de forma retrospectiva todos los pacientes con diagnóstico de IC aguda atendidos en urgencias y/u hospitalizados en el Hospital 12 de Octubre a lo largo del año 2018. Excluimos a los pacientes con IC de novo, valvulopatías no corregidas, síndrome coronario, soporte mecánico o trasplantados para no considerar los costes extraordinarios asociados al diagnóstico de la IC y otros procesos paralelos. Todos los datos se recogieron a través del sistema de información de gestión de pacientes, que integra la historia clínica y los datos administrativos.
Incluimos un total de 1.287 pacientes con una edad media de 80 años y en su mayoría mujeres (57%). De ellos, 365 fueron dados de alta desde urgencias y 919 fueron hospitalizados. En global, el 74% tenía FEVI conservada, el 15% deprimida y el 11% ligeramente deprimida.
Respecto a la utilización de recursos sanitarios, no se identificaron diferencias por grupos de FEVI en la mortalidad ajustada, en la atención en urgencias ni en la rehospitalización a 30 días y 1 año. Sin embargo, destacó que los pacientes dados de alta desde urgencias con FEVI reducida tuvieron una tasa de hospitalización posterior y de nueva atención en urgencias superior que aquellos ingresados a la inclusión.
En relación con los costes calculados a 1 año de seguimiento, los pacientes con FEVI reducida tuvieron un coste significativamente mayor. En el grupo de pacientes incluidos durante una hospitalización fue un 36% superior a los de FEVI conservada (6.321 frente a 4.636 euros por paciente y año), y similar a los de FEVI ligeramente reducida. El coste de los pacientes dados de alta desde urgencias fue inferior (4.763 euros por paciente y año para la FEVI reducida, 3.900 para ligeramente reducida y 3.812 para la conservada). El coste asociado a las hospitalizaciones superó el 80% en todos los grupos. La diferencia de costes por FEVI se debió principalmente a que los pacientes con FEVI reducida ingresaron con mayor frecuencia en unidades de cuidados intensivos, recibieron más pruebas diagnósticas y terapéuticas, y tuvieron un seguimiento ambulatorio más estrecho, con un mayor número de consultas. Se realizó un análisis multivariante por regresión logística en el que la FEVI y la cardiopatía isquémica se identificaron como factores relacionados de forma independiente con un mayor coste.
Para saber más
Los datos completos del estudio están disponibles en Revista Española de Cardiología siguiendo el enlace Impacto de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo en el consumo de recursos, los costes y el pronóstico en pacientes con insuficiencia cardiaca.
Encuentro con el autor: Juan Carlos López-Azor
REC ¿Cómo se os ocurrió la idea de este trabajo de investigación?
La IC es una epidemia que afecta al 1-2% de la población española y supone una carga asistencial in crescendo. En el Hospital 12 de Octubre vimos, como ocurre en otros centros, que la carga asistencial de la IC y de patologías crónicas asociadas se ha duplicado en los últimos años, mientras que los recursos se han mantenido prácticamente invariables. Es entonces cuando nos planteamos realizar un análisis pormenorizado de la utilización de recursos sanitarios y los costes que centran los pacientes con IC crónica, con el objetivo de optimizar el proceso asistencial de esta patología. Consideramos adecuado comparar los diferentes grupos de FEVI debido a que en la literatura existen resultados contradictorios y a que las diferencias fisiopatológicas y epidemiológicas de cada uno de ellos podría justificar crear protocolos de actuación diferenciales.
REC ¿Cuál es el principal resultado?
La FEVI es actualmente un marcador independiente relacionado con el coste asociado a la IC. Los pacientes con IC con FEVI reducida centran un mayor coste, hasta un 36% superior al de los pacientes con FEVI conservada, debido principalmente a tres factores: ingresaron con mayor frecuencia en unidades de cuidados intensivos, recibieron una atención ambulatoria más estrecha y requirieron más pruebas diagnóstico-terapéuticas. Un dato muy llamativo es que la hospitalización centró más del 80% del coste económico en todos los grupos, por lo que los esfuerzos parece que deben ir orientados a prevenirla y más considerando que es un marcador reconocido de mal pronóstico.
REC ¿Cuál sería la principal repercusión clínica?
Creo que el principal valor de este estudio es poner la atención sobre la organización de las unidades de IC. Debemos configurar nuestros equipos con el objetivo de mantener la estabilidad de los pacientes con IC y prevenir las hospitalizaciones. Con ello mejoraremos su pronóstico y optimizaremos los limitados recursos.
REC ¿Qué fue lo más difícil del estudio?
El principal desafío de este trabajo fue abordar la enorme cantidad de datos que incluimos en la evaluación de la utilización de recursos y costes. Queríamos dar una visión muy detallada de qué carga supone la IC crónica para el Sistema de Salud, y para ello involucramos al Departamento de Medicina Preventiva y de Control de Gestión de nuestro centro. Han sido parte vital en la elaboración de este trabajo, y más allá de las dificultades que hemos enfrentado, ha supuesto una colaboración magnífica.
REC ¿Hubo algún resultado inesperado?
Quizás el más inesperado de todos fue la distribución de la FEVI. Nos pareció muy llamativo que el 75% de los pacientes tuviera FEVI conservada, cuando esta proporción suele situarse en torno al 50% en estudios poblacionales. La práctica totalidad de los pacientes incluidos en este estudio tenían un ecocardiograma que refrendaba este dato, por lo que, aunque lo expresemos con cautela, este resultado podría evidenciar el incremento de prevalencia de la FEVI conservada en relación con una mayor sensibilidad para su diagnóstico.
REC ¿Le hubiera gustado haber hecho algo de forma distinta?
Este estudio ha satisfecho nuestras expectativas. Por supuesto tenemos en cuenta las limitaciones inherentes a un estudio observacional, pero consideramos que los objetivos que nos propusimos inicialmente se han cumplido.
REC ¿Cuál sería el siguiente trabajo que le gustaría hacer después de haber visto los resultados?
Existen procesos asistenciales asociados a la IC, como la insuficiencia renal, cuyo impacto asistencial no tenemos tan presente. ¿Qué impacto tiene la insuficiencia renal en los pacientes con insuficiencia cardiaca, y viceversa, y cómo podemos optimizar la atención de estos pacientes especialmente complejos? Ahora que existe un auténtico boom de las unidades cardiorrenales es cuando un análisis de la utilización de recursos sanitarios y el coste que tienen estos pacientes sería especialmente relevante.
REC Recomiéndenos algún trabajo científico reciente que le haya parecido interesante.
En línea con la optimización del proceso asistencial de la IC, creo que la telemonitorización puede tener un papel interesante. Por ello os recomiendo esta revisión del JACC que me parece de lo mejor hasta la fecha en este campo. Stevenson, L. W., Ross, H. J., Rathman, L. D., & Boehmer, J. P. (2023). Remote Monitoring for Heart Failure Management at Home. In Journal of the American College of Cardiology (Vol. 81, Issue 23, pp. 2272–2291). Elsevier Inc. https://doi.org/10.1016/j.jacc.2023.04.010.
REC Para terminar, ¿nos recomienda alguna forma de desconectar o relajarse?
Tomarse un vermú y ponerse al día con los amigos en cualquier terraza. Mano de santo.
Referencia
- Juan Carlos López-Azor, Juan Francisco Delgado, Jorge Vélez, Rocío Rodríguez, Jorge Solís, Manuel del Oro, Carmen Ortega, Rafael Salguero-Bodes, Beatriz Palacios, Lourdes Vicenta, Guillermo Morenoa, Nicolás Rosillo, Luis Varela, Margarita Capel, Fernando Arribas, José L. Bernal, Héctor Bueno.
- DOI: 10.1016/j.recesp.2023.03.013.