La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha querido poner de manifiesto esta mañana, en el marco de la celebración del Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2011, la importancia que tiene la enfermedad cardiovascular en la mujer, a pesar de encontrarse aún en inferioridad de condiciones en cuanto al diagnóstico, el tratamiento y la representación en los estudios epidemiológicos.
Defunciones por enfermedad cardiovascular en la mujer española
Actualmente, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son las responsables del fallecimiento en España de más de 65.000 mujeres al año, tal y como muestran los registros del INE (Instituto Nacional de Estadística) sobre 2009, publicados en julio de 2011, superando ya en un 7,66% a las muertes masculinas por este motivo.
Las ECV, pues, se posicionan como la primera causa de muerte entre las féminas españolas, con el 35,10% de los fallecimientos. Estos porcentajes aumentan en diez comunidades autónomas, encabezadas por Andalucía, Asturias y Extremadura, con un 39,51%, 38,07% y un 37,23% de muertes femeninas por ECV respectivamente.
Por el contrario, las mujeres de las otras nueve comunidades autónomas, presentan una defunción cardiovascular inferior a la media española. Las canarias, las madrileñas y las navarras son las primeras esta lista con porcentajes del 30,62%, el 31,44% y el 32,07% (ver mapa 1).
Las diferencias frente al sexo masculino, en cuanto a mortalidad por una patología cardiovascular, son cada vez más amplias en nuestro país. En todas las comunidades autónomas españolas, excepto Navarra, la brecha supera hoy el 5%, aumentando la mortalidad femenina por esta causa hasta en un 10,34% frente a la masculina en Extremadura (ver mapa 2).
Diferencias en el diagnóstico y el tratamiento de las ECV en mujeres
Las enfermedades cardiovasculares tienen distinta incidencia, evolución y pronóstico en la población en función del sexo; sin embargo, hasta hace pocos años, ni la sociedad ni los facultativos han asumido estas diferencias, perjudicando significativamente a la mujer.
Las féminas suelen presentar una edad superior a la de los hombres cuando padecen enfermedad cardiovascular y ello complica la recuperación. La explicación radica en que a partir de la menopausia, la mujer muestra un peor pronóstico que el hombre, pues deja de recibir la protección natural de los estrógenos y, con ello, se multiplican los factores de riesgo cardiovascular, produciéndose más diabetes, hipercolesterolemia y obesidad. Concretamente, a partir de los 50 años, el 50% de las mujeres padece hipertensión y una de cada tres, diabetes o trastornos de metabolismo de los hidratos de carbono o colesterol elevado. “La actividad estrogénica preserva la función endotelial de las arterias y disminuye el colesterol, además reduce la viscosidad de la sangre, minimizando el riesgo de trombosis”, comenta la Dra. Eulalia Roig, exdirectora de la Agencia de Investigación de la SEC y cardióloga del Hospital Sant Pau de Barcelona, “no obstante, el tabaquismo en la mujer, cada vez más común en España, hace que se pierda parte de esa protección”, aclara la especialista.
No es de extrañar, pues, que de las 65.048 muertes anuales por ECV en mujeres españolas, el 98,83% (64.284) se den en aquellas que superan la cincuentena.
Otro de los datos presentados, que agravan el pronóstico de las mujeres en este sentido, es que frente a los mismos síntomas de enfermedad cardiovascular, sólo el 15% de las féminas reciben un tratamiento adecuado, mientras que el porcentaje llega hasta el 56% en los varones.
Así lo demuestran diversos registros norteamericanos como el CRUSADE, que ponen de manifiesto el retraso en la sospecha de enfermedad cardiovascular en la mujer, recibiendo con frecuencia el tratamiento necesario más tarde y en menor medida.
“Hasta hace pocos años (principios del siglo XXI) los síntomas de enfermedad cardiovascular masculinos eran considerados como típicos por la comunidad científica, sin tener presente que la sintomatología de la mujer es habitualmente distinta a la del hombre. Ésta era definida como una variante de la normalidad”, explica la Dra. Carmen de Pablo, presidenta anterior de la Sección de Cardiología Preventiva de la SEC y cardiólogo de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Afortunadamente, con el paso del tiempo se han ido reconociendo más las diferencias de los síntomas entre hombres y mujeres, y el diagnóstico y tratamiento de los factores de riesgo y de las enfermedades cardiovasculares va igualándose cada vez más.
El último estudio español sobre tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular (DARIOS II), presentado recientemente, afirma que, tras analizar a una muestra de 27.903 personas, homogénea en cuanto a sexos se refiere, el 66% de los varones y el 42% de las mujeres con hipertensión estaban bien controlados. Entre los que padecían diabetes mellitus, el 65% de los hombres y el 63% de las mujeres tenían un buen control de su enfermedad. Sorprendentemente, tanto en las categorías de riesgo cardiovascular bajo o moderado, en las que está menos justificado el tratamiento hipolipemiante, como en las de riesgo cardiovascular alto o muy alto, las mujeres recibían más tratamiento farmacológico para el exceso de colesterol que los varones.
SIRENA, el primer estudio europeo sobre cardiopatía isquémica crónica en la mujer
Uno de los obstáculos añadidos para la mejora en la detección de enfermedades cardiovasculares en el sexo femenino es que la mayor información sobre la eficacia de las estrategias terapéuticas se obtiene de estudios y ensayos clínicos en los que se incluyen mayoritariamente varones, y esto sigue sucediendo, a pesar de que en los últimos años se ha exigido una mayor presencia de mujeres en la investigación clínica.
Datos publicados recientemente en Circulation Cardiovascular Quality Outcomes, revelaban que en ensayos de patología cardiovascular, en el mejor de los casos, la inclusión de mujeres era del 44% en estudios de hipertensión arterial, el 40% en diabetes, el 38% en ictus y el 25% en enfermedad coronaria, a pesar de que éstas son enfermedades muy frecuentes en el sexo femenino.
Conscientes de los hechos diferenciales entre las mujeres y los hombres en relación al diagnóstico y al tratamiento de la enfermedad cardiovascular, y en concreto de la cardiopatía isquémica, una de las principales causas de mortalidad cardiovascular en mujeres (15.300 anuales en España) y ante la ausencia de estudios observacionales en éstas, la SEC está promoviendo el registro SIRENA, el primer estudio observacional sobre cardiopatía isquémica estable en la mujer que se realiza en Europa.
El análisis, que se pondrá en marcha el próximo mes de noviembre, tomará una muestra de 720 mujeres, que serán reclutadas por 48 investigadores de todo el país, en el plazo de 6 meses, con el objetivo principal de conocer el perfil clínico de estas pacientes atendidas en consultas de Cardiología y estimar, así, la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular en la población española femenina que padece esta enfermedad.
“Con este estudio transversal pretendemos conocer a fondo el perfil clínico de estas pacientes con cardiopatía isquémica, estudiando variables, entre otras, como la edad, la forma de inicio y la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular. Además, queremos investigar acerca del manejo diagnóstico y terapéutico, así como la anatomía coronaria de estas pacientes, pues padecen más enfermedad microvascular que los hombres, una patología que no se puede tratar con stents ni con cirugía coronaria”, apunta el Dr. José Mª Gámez, investigador principal de SIRENA, miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Cardiovasculares en la Mujer de la SEC y responsable del Área de Hospitalización de Cardiología del Hospital Son Llàtzer de Palma de Mallorca.