La Sociedad Española de Cardiología (SEC), en el marco del Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2011, que se está celebrando, desde ayer y hasta mañana sábado, en Maspalomas (Gran Canaria), ha abordado uno de los principales temas de actualidad que abordan en nuestro país en referencia a política sanitaria: los pros y contras de poseer un servicio nacional de salud público o privado y la tendencia que sigue España en relación a otros países europeos.
Con este propósito, durante de la celebración del Congreso de la SEC, que reúne a cerca de 4.000 cardiólogos de toda España, a expertos internacionales y profesionales médicos de otras especialidades, se ha celebrado una mesa redonda que, bajo el título ‘Aproximaciones y diferencias de los sistemas sanitarios privado y público en Europa’, en la que se han dado cita expertos de distintas nacionalidades para reseñar las diferencias y similitudes de los sistemas sanitarios privado y público en algunos países de la Unión Europea, con el objetivo de mejorar el conocimiento de los asistentes sobre cómo están diseñados los sistemas de salud de Italia, Alemania, Inglaterra y España, para de ahí poder extraer algunas lecciones que sirvan para progresar y optimizar resultados.
Una de las principales conclusiones que se han extraído es que los sistemas sanitarios de los países más desarrollados de Europa se asemejan cada vez más. Aparte de compartir un modelo basado en la existencia de sistemas nacionales de salud (con el Servicio Nacional de Salud inglés como referencia), ahora también se copian y comparten iniciativas de gestión privada. En cualquier caso, opina el presidente de la SEC, el Dr. Carlos Macaya, “el objetivo actual es idéntico: fomentar la flexibilidad y, sobre todo, aumentar la eficiencia”.
En general, explica el presidente de la SEC, “los sistemas sanitarios europeos tienden a parecerse cada vez más, principalmente porque no sólo se basan en sistemas nacionales de salud, sino que ofrecen una cobertura universal o casi”.
Las diferencias, especialmente respecto a España, parten sobre todo del hecho de que en algunos países europeos muchos de los proveedores de servicios sanitarios optan por la fórmula del reembolso; en cambio, afirma el Dr. Macaya, “en nuestro país contamos tradicionalmente con una amplia y extensa red de centros hospitalarios públicos que han ofrecido estos servicios, dejando muy poco margen para la concertación de ciertas prestaciones sanitarias”; de hecho, añade, “aún arrastramos un cierto inmovilismo y rigidez en el Sistema Nacional de Salud, con una eficiencia limitada y una pobre productividad”.
Con todo, la situación en nuestro país está variando sustancialmente en los últimos años. A modo de ejemplo, el máximo responsable de la SEC cita el creciente protagonismo que están copando en el panorama sanitario español empresas como Ribera Salud o Capio, “que acaparan cada vez mayor mercado”. Son compañías que establecen una colaboración público-privada, que aportan la infraestructura y cobran de forma capitativa (por asegurado) al Estado, presentándose hoy en día como una alternativa para la sostenibilidad del sistema sanitario público.
El punto de inflexión se localiza con la puesta en marcha, desarrollo e implantación del "Modelo Alzira", paradigma de una nueva forma de gestionar la sanidad pública y que ya cuenta con cinco concesiones administrativas en la Comunidad Valenciana, cuatro hospitales en la Comunidad de Madrid, y suscita el interés de gobiernos e instituciones públicos y privados a nivel nacional e internacional.
Aunque no se ha abordado específicamente en esta sesión el modelo sueco, para el Dr. Macaya resulta especialmente sugerente. “Todos los hospitales públicos de Suecia han pasado a ser de gestión privada, aunque sin repercutir en el coste que debe pagar el ciudadano por los servicios sanitarios. Lo que se ha hecho es aumentar la eficiencia”. Uno de los rasgos distintivos de este modelo, como apunta el presidente de la SEC, “es que la valoración de los médicos se basa en su productividad, de tal forma que pueden ser compensados económicamente o con más tiempo de libranza conforme sean más eficientes y productivos”.
Por su parte, el presidente electo de la SEC, el Dr. Vicente Bertomeu, señala que “la gestión es buena o mala independientemente de que sea pública o privada. El problema es que hay un inmovilismo en la sanidad pública que incluso elementos tan básicos como las normas de selección y contratación de personal son diferentes en hospitales públicos y en privados. Por otra parte, los profesionales de los hospitales públicos prácticamente no tienen política de incentivos, ni se reconoce su capacidad profesional ni su productividad. Por ello, la solución no es exclusivamente la privatización, sino la adaptación al modelo socioeconómico actual de la normativa de la gestión sanitaria de los hospitales públicos. No debemos olvidar que los mejores hospitales en España son públicos”.
Según Bertomeu, en cualquier caso, “tanto los hospitales públicos como las concesiones son responsabilidad de las autoridades sanitarias, que deben velar para que se cumplan los estándares y recomendaciones elaboradas por las sociedades científicas para que las prestaciones sanitarias sean equitativas al conjunto de la población, no olvidando, las autoridades sanitarias que, además del aspecto asistencial, deben apostar por la formación de pregrado y de postgrado y por el desarrollo en la investigación”.