La presidenta del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares en la Mujer de la Sociedad Española de Cardiología afirma que la cardiopatía isquémica en mujeres es una de las principales causas de muerte en los países industrializados.
Sólo el 30 por ciento de los pacientes reclutados para realizar ensayos clínicos en cardiología son mujeres, por lo que muchas variantes por sexo, tanto en los factores de riesgo como en la presentación de la enfermedad y en la respuesta al tratamiento, "están infrarrepresentadas en este campo", según ha afirmado la presidenta del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares en la Mujer de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la doctora Milagros Pedreira.
Así, la doctora explicó que "la evidencia científica que avala los progresos en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad cardiovascular, en especial en los síndromes coronarios agudos, proceden de estudios realizados en población fundamentalmente masculina".
"Algunos estudios recientes sugieren que pueda haber una diferente respuesta a determinados tratamientos dependiendo del sexo; sin embargo, el peso de la evidencia y las recomendaciones de las guías de práctica clínica apoyan el uso de esquemas terapéuticos similares en mujeres y varones", apuntó esta experta.
"En la práctica clínica diaria la utilización de técnicas diagnósticas y estrategias terapéuticas, con un beneficio pronóstico ampliamente respaldado, son significativamente menos empleadas en las mujeres", aseguró.
"Las enfermedades cardiovasculares, y en especial la cardiopatía isquémica, son las principales causas de muerte en los países desarrollados. Los avances en el diagnóstico y el tratamiento, con un manejo agresivo de los factores de riesgo cardiovascular, han permitido reducir de forma marcada la mortalidad en los varones", dijo la experta.
"Sin embargo, este descenso no se ha observado en las mujeres, lo que ha provocado que, desde mediados de la década de los 80, el número de mujeres que fallecen por causa cardiovascular supere al de varones", comentó la doctora Pedreira.
La dificultad del diagnóstico de las enfermedades cardiovasculares en las mujeres se basa en que presentan con frecuencia síntomas atípicos (náuseas, dolor de espalda, malestar abdominal, ardor en la zona torácica o fatiga) y una aparición más tardía de éstos respecto a los hombres, en un momento en que cada minuto que se tarde en llegar al hospital es vital, por lo que el riesgo de sufrir un episodio cardiovascular grave con mal pronóstico aumenta.
Sin embargo la doctora Pedreira mostró su confianza en la mejora de esta situación a través de actuaciones como: campañas de divulgación, elaboración de guías de actuación, estudios de prevención primaria y secundaria, una mayor inclusión de la mujer en los ensayos, etc.
Además según datos de la SEC, más de la mitad de las defunciones e incapacidades femeninas, causadas por enfermedades cardiacas podrían evitarse con la combinación de medidas de prevención asequibles, junto con la reducción y control de la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión o el alto índice de colesterol.